Las características de seguridad de los vehículos son algo que me tomo muy en serio a la hora de elegir mi nuevo coche. Recientemente, han aparecido en el mercado una serie de nuevas características que han hecho mi conducción mucho más segura y que me gustaría compartir con vosotros.
Algunas de ellas son:
1. Asistencia a la vista lateral. (mi favorito)
Cuando un coche se encuentra en tu punto ciego, los sensores del parachoques trasero pueden avisarte con una luz en tu espejo lateral. Algunos sistemas te avisan con un pitido si pones el intermitente mientras hay un vehículo en el carril al que intentas incorporarte. (Esto puede reducir en gran medida las colisiones relacionadas con el cambio de carril inadecuado).
2. Cámara de visión trasera. (otra de mis favoritas)
Una diminuta cámara montada en la parte trasera del vehículo transmite una imagen al salpicadero o al espejo retrovisor, lo que facilita la visión de las personas u objetos que se encuentran detrás de ti. También hay una línea que muestra cuánto puedes retroceder sin chocar con nada. Antes se limitaba a los modelos de lujo, pero se está convirtiendo en una opción popular en los coches de gama media. Los sensores de marcha atrás también son estupendos. (Las cámaras de visión trasera son muy recomendables para los padres con niños, que podrían pasar por detrás del coche de forma inesperada).
3. Frenado automático.
Este sistema frena realmente el coche para evitar una colisión o disminuir el impacto de lo que se encuentre delante. Los expertos predicen que este sistema será un elemento de seguridad estándar dentro de cinco o diez años.
4. Sistema de prevención de colisiones frontales.
También llamado sistema de aviso previo a la colisión, suele combinarse con el frenado automático. El sistema avisa a los conductores, con pistas visuales o auditivas, si están a punto de chocar con algo. Según los expertos, varios sistemas pueden precargar los frenos, desplazar el asiento del pasajero hacia atrás, colocar los reposacabezas para evitar el latigazo cervical y aplicar los frenos parcial o totalmente. (El Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras calcula que hasta 1,2 millones de choques podrían detenerse o mitigarse cada año si todos los vehículos contaran con esta función).
5. Asistente de aparcamiento.
Si odias aparcar en paralelo, esto es para ti. Cada vez son más los modelos que ofrecen una función que detecta el tamaño del espacio de aparcamiento, te guía hasta la posición inicial y luego te permite retirar completamente las manos del volante mientras el ordenador coloca el vehículo en su sitio. (A medida que la tecnología se generaliza, podría ayudar a eliminar muchos accidentes de tráfico).
6. Sistemas de bolsas de aire.
Puede que pienses que es una noticia antigua, pero los sistemas de airbag son cada vez más sofisticados. Desde finales de 2006, todos los vehículos de pasajeros se fabrican con sistemas avanzados de airbag frontal, que pueden detectar automáticamente el tamaño y la posición del pasajero y la gravedad del accidente y utilizar esa información para variar la fuerza con la que se inflan los airbags. La mayoría de los coches nuevos también vienen con airbags de impacto lateral (alrededor de las puertas y ventanas), aunque sólo algunos coches los ofrecen en los asientos traseros. Los fabricantes de automóviles ofrecen cada vez más tecnologías innovadoras de bolsas de aire en distintas zonas del vehículo, como los cinturones de seguridad inflables de Ford y la bolsa de aire para la ventana trasera de Scion.
7. Sistemas de aviso de cambio de carril.
Estos sistemas están diseñados para ayudar a evitar colisiones frontales y otras catástrofes. Se colocan cámaras u otros sensores, como radares o infrarrojos, alrededor del vehículo para determinar su posición relativa en el carril. Si se sale del carril, una luz parpadea y suena un pitido agudo. Algunos modelos disponen de un volante que vibra para avisarle.
8. Sistema de control de la presión de los neumáticos (TPMS).
Uno de los aspectos más infravalorados de la seguridad del vehículo es la presión de los neumáticos. La presión óptima de los neumáticos proporciona la mejor tracción o agarre en la carretera. Esto también proporciona un mejor control de la dirección del vehículo y, sin olvidarlo, mejora el kilometraje. El TPMS emplea un sensor de presión dentro del neumático que envía una señal de radio al ordenador de a bordo alertando al conductor sobre la baja presión de los neumáticos.